Viva la farandula

Alejandro González Iñárritu lleva su «guacamole» a San Sebastián

– El cineasta considera que su filme «Bardo» es un mosaico enorme que puede resultar abrumador e irritante.

 Alejandro González Iñárritu dice que su último filme, «Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades», es una película “incierta e incómoda” que puede ser “irritante” para mucha gente.

Aún así, el cineasta mexicano confía en que la aceptación de su cinta, que presentó ayer en la sección Perlas del festival español de cine de San Sebastián, sea amplia pues temas universales como la paternidad, la vejez, la violencia y hasta la cumbia y la vitalidad de México.

«Bardo» es una especie de reconstrucción emocional de la vida del realizador revivida desde un alter ego, Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho), un periodista inmigrante en EU que vuelve a México para encontrar la liberación entre la realidad, la interpretación y las memorias.

“Son verdades emocionales a través de miedos, de sueños, de premoniciones, experiencias y reflexiones. Intento dibujar el sentimiento de desasosiego de un personaje que está lidiando con un gran sentimiento de incertidumbre. Es una película incierta y muy incómoda. Habla de todo lo que forma a un ser humano en su psique, en su subconsciente; toca tanto que puede ser abrumadora. Es un mosaico, un ‘guacamole’ gigante.”

El ganador del Oscar explica que retrató las experiencias que él mismo ha acumulado durante los últimos 25 años de su vida, después de haber emigrado a la meca del cine.

“Comparto este sentimiento con montones de personas que, como yo, han emigrado de sus países y saben que no hay vuelta atrás, y te encuentras en el bardo, a la mitad de las cosas, y esas decisiones tienen grandes oportunidades y cosas hermosas, pero también grandes costos”.

El cineasta explica que la cinta no fue hecha para reafirmar convenciones, sino para romperlas y para poder explorar todo tipo de cuestiones, como las políticas, desde el humor.

“La hice desde la ligereza y desde la observación de que vamos de lo sublime a lo ridículo todo el tiempo de nuestra vida, y eso también lo da la edad”.

¿La parte más dolorosa de hacer de esta película? El cineasta dice que, sin duda, el tema de la pérdida de un hijo, así como el hecho de abandonar tu país.

“La distancia, los funerales y bodas omitidas, los amigos que tienen canas y no te diste cuenta… Por eso el humor es el remedio y lo cuento así ”.