Viva la farandula

Celebran y reclaman tributo a Camilo Sesto

Sus colegas lo llaman ídolo, pero un fan dice que en España no tuvo el re conocimiento merecido. Hoy lo despiden
 Madrid.— La muerte inesperada de Camilo Sesto sacudió al mundo artístico de España y América Latina, conmocionando también a los miles de seguidores a los que el cantante sedujo a lo largo de una carrera que alcanzó su esplendor en los años 70 y 80 del siglo pasado y que no pudo rematar por los graves problemas de salud que le aquejaban desde hacía años.

Luego de que se informara que el intérprete había fallecido a los 72 años en el hospital Quirón de Madrid como consecuencia de un fallo renal, se produjo una cascada de reacciones en los ámbitos más diversos, pero especialmente fueron sus compañeros de profesión los que rindieron el máximo tributo.

Raphael, Pablo Alborán, David Bisbal, Carlos Baute, Isabel Pantoja, Alaska, David Bustamante, Shaila Dúrcal, Pastora Soler, Chenoa, Mónica Naranjo, entre otros artistas, desgranaron en redes sociales su pesar mientras calificaban al cantante de ídolo indiscutible y una de las voces más grandes de habla hispana. También ensalzaban su legado musical y sus muchas cualidades: maestro, voz privilegiada, afable y con gran sentido del humor, mirada de bondad y humanidad, fueron algunas dedicatorias póstumas.

“Algo de mí”, “Vivir así es morir de amor”, “Algo más”, “El amor de mi vida”, “Melina” y “Perdóname” fueron algunos de sus éxitos más sonados en ambas orillas del Atlántico, aunque la estrella de Camilo se apagó mucho antes en España que en América Latina, lo que ha llevado al presidente de su club de fans, Gilberto Molina, a lamentar que en el país ibérico “le ha faltado más reconocimiento del que ha tenido”.

La carroza que trasladó el cuerpo de Camilo Sesto en el Hospital Quirón. Foto/JAVIER BARBANCHO. REUTERS

Nacido en Alcoy (Alicante) el 16 de septiembre de 1946, el cantante, cuyo nombre verdadero era Camilo Blanes Cortés, hizo gala de su voz entonada y poderosa en el primer álbum que le lanzó a la fama en 1971 (Algo de mí), para seguir creciendo en los escenarios y acabar vendiendo más de 100 millones de discos en todo el mundo.

Los dos trasplantes de hígado, las complicaciones renales y alguno que otro accidente doméstico deterioraron su físico en los últimos 20 años. Los abusos del bótox que embotaron su rostro hasta hacerle prácticamente irreconocible y sus maneras cada vez más histriónicas, mermaron también su presencia ante las cámaras.

Era un tipo solitario; apenas se le conocieron romances, ni con mujeres ni con hombres. En 1983 tuvo un hijo, Camilo Michel, con la mexicana Lourdes Ornelas. La devoción por su vástago la manifestaría tres años más tarde, cuando decidió retirarse de los escenarios.

“Me voy porque quiero hacerme mayor viendo hacerse mayor a mi hijo”, aseguró entonces, para regresar en los 90 al circuito artístico, pero con mucho menos empaque. También conjugó sus interpretaciones con otras facetas, componiendo para Miguel Bosé y José José, entre otros, además de volcarse en la producción musical antes de apartarse definitivamente en 2010.

La capilla ardiente de Sesto se instalará hoy en la sede madrileña de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) para que allegados y fans puedan brindarle el último adiós, entre ellos su hijo Camilo Jr. quien viajó a España para asistir a los funerales junto a su madre.